Una burbujeante celebración cósmica.
La nube de formación estelar RCW 34.
RCW 34. |
En la región más brillante de esta refulgente nebulosa llamada RCW 34, estrellas jóvenes calientan el gas considerablemente, haciendo que se expanda a través del gas circundante, más frío. Cuando el hidrógeno calentado alcanza los límites de la nube de gas, estalla hacia fuera, derramándose en el vacío como el contenido de una botella de champán descorchada, de hecho, este proceso se conoce como flujo de champán. Pero, además de un puñado de burbujas, la joven región de formación estelar RCW 34 tiene mucho que ofrecer: al parecer se han sucedido múltiples episodios de formación estelar dentro de la misma nube.
Esta nueva imagen del VLT (Very Large Telescope) de ESO, en Chile, muestra una espectacular y brillante nube roja de gas de hidrógeno detrás de una colección de estrellas azules en primer plano. Dentro de RCW 34, situada en la constelación austral de Vela, en la región más brillante de la nube, se esconde un grupo de estrellas masivas jóvenes [1]. Estas estrellas tienen un efecto dramático en la nebulosa. El gas expuesto a la fuerte radiación ultravioleta, como ocurre en el corazón de esta nebulosa se ioniza, lo que significa que los electrones han escapado de los átomos de hidrógeno.
Vista de la plataforma del VLT. Crédito: ESO. |
El hidrógeno es un tesoro para quienes fotografían el cosmos porque refulge con fuerza con el característico color rojo que distingue a muchas nebulosas y permite crear bellas imágenes con extrañas formas. También es la materia prima de impactantes fenómenos tales como el flujo de champán. Pero el hidrógeno ionizado también tiene una importante función astronómica: es un indicador de regiones de formación estelar. Las estrellas nacen a partir de nubes de gas que colapsan y, por lo tanto, son abundantes en regiones con grandes cantidades de gas, como RCW 34. Esto hace que esta nebulosa sea particularmente interesante para los astrónomos que estudian el nacimiento y la evolución estelar.
Las grandes cantidades de polvo que hay en el interior de la nebulosa bloquean la vista de los procesos que tienen lugar en las guarderías estelares, profundamente arraigadas en estas nubes. RCW 34 se caracteriza por tener una extinción extremadamente alta, lo que significa que casi la totalidad de la luz visible de esta región es absorbida antes de que llegue a la Tierra. A pesar de no poder verla directamente, los astrónomos pueden utilizar telescopios infrarrojos, mirar a través del polvo y estudiar estos nidos embebidos de estrellas.
Mirando más allá, el color rojo revela que hay un montón de estrellas jóvenes en esta región con masas de tan sólo una fracción de la del Sol. Estas parecen agruparse alrededor de las estrellas más viejas y más masivas que se encuentran en la región central, mientras que sólo unas pocas se encuentran en las afueras. Esta distribución ha llevado a los astrónomos a creer que ha habido diferentes episodios de formación estelar dentro de la nube. Tres gigantescas estrellas se formaron en el primer evento que luego desencadenó la formación de las estrellas menos masivas de sus proximidades [2].
Alrededores de Gum 19. Crédito: ESO/DSS2. |
Esta imagen utiliza datos del instrumento FORS2 (FOcal Reducer and low dispersion Spectrograph), instalado en el VLT, y fueron obtenidos como parte del programa Joyas Cósmicas de ESO [3].
Notas
[1] RCW 34 también es conocida como Gum 19 y está centrada en la brillante estrella joven llamada V391 Velorum.
[2] Las estrellas brillantes más masivas tienen una vida corta (medida en millones de años), pero las menos masivas tienen vidas más largas que la edad actual del Universo.
[3] El programa Joyas Cósmicas de ESO una iniciativa de divulgación que pretende producir imágenes de objetos interesantes, enigmáticos o visualmente atractivos utilizando telescopios de ESO, con un fin educativo y divulgativo. El programa hace uso de tiempo de telescopio que no puede utilizarse para observaciones científicas. Todos los datos obtenidos también están disponibles para posibles aplicaciones científicas y se ponen a disposición de los astrónomos a través de los archivos científicos de ESO.
Información adicional.
ESO es la principal organización astronómica intergubernamental de Europa y el observatorio astronómico más productivo del mundo. Cuenta con el respaldo de dieciséis países: Alemania, Austria, Bélgica, Brasil, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Italia, Países Bajos, Polonia, Portugal, el Reino Unido, República Checa, Suecia y Suiza, junto con el país anfitrión, Chile. ESO desarrolla un ambicioso programa centrado en el diseño, construcción y operación de poderosas instalaciones de observación terrestres que permiten a los astrónomos hacer importantes descubrimientos científicos. ESO también desarrolla un importante papel al promover y organizar la cooperación en investigación astronómica. ESO opera en Chile tres instalaciones de observación únicas en el mundo: La Silla, Paranal y Chajnantor. En Paranal, ESO opera el Very Large Telescope, el observatorio óptico más avanzado del mundo, y dos telescopios de rastreo. VISTA (siglas en inglés de Telescopio de Rastreo Óptico e Infrarrojo para Astronomía) trabaja en el infrarrojo y es el telescopio de rastreo más grande del mundo, y el VST (VLT Survey Telescope, Telescopio de Rastreo del VLT) es el telescopio más grande diseñado exclusivamente para rastrear el cielo en luz visible. ESO es el socio europeo de un revolucionario telescopio, ALMA, actualmente el mayor proyecto astronómico en funcionamiento del mundo. Además, cerca de Paranal, en Cerro Armazones, ESO está construyendo el E-ELT (European Extremely Large Telescope), el telescopio óptico y de infrarrojo cercano de 39 metros que llegará a ser “el ojo más grande del mundo para mirar el cielo”.
Publicado en ESO el 27 de mayo del 2.015.