El VLT de ESO capta la primera imagen confirmada de un planeta recién nacido.
El espectro revela una atmósfera nubosa.
El equipo responsable del artículo científico que desarrolla la caracterización, está formado por A. Müller (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); M. Keppler (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); Th. Henning (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); M. Samland (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); G. Chauvin (Univ. Grenoble Alpes, Francia, y Unidad Mixta Internacional Franco-Chilena de Astronomía, CNRS/INSU Universidad de Chile, Chile); H. Beust (Univ. Grenoble Alpes, Francia); A.-L. Maire (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); K. Molaverdikhani (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); R. van Boekel (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); M. Benisty (Univ. Grenoble Alpes, Francia, y Unidad Mixta Internacional Franco-Chilena de Astronomía, CNRS/INSU Universidad de Chile, Chile); A. Boccaletti (LESIA, Observatorio de París, Universidad PSL de Investigación, CNRS, Universidades de la Sorbona, UPMC, Univ. París 06, Univ. París Diderot, Francia); M. Bonnefoy (Univ. Grenoble Alpes, Francia); F. Cantalloube (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); B. Charnay (LESIA, Observatorio de París, Universidad PSL de Investigación, CNRS, Universidades de la Sorbona, UPMC, Univ. París 06, Univ. París Diderot, Francia); J.-L. Baudino (Departamento de Física, Universidad de Oxford, Reino Unido); M. Gennaro (Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial, EE.UU.); Z. C. Long (Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial, EE.UU.); A. Cheetham (Observatorio de Ginebra, Universidad de Ginebra, Suiza); S. Desidera (INAF - Observatorio Astronómico de Padua, Italia); M. Feldt (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); T. Fusco (DOTA, ONERA, Universidad París Saclay y Univ. de Aix Marsella, CNRS, LAM, Francia); J. Girard (Univ. Grenoble Alpes, Francia e Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial, EE.UU.); R. Gratton (INAF - Observatorio Astronómico de Padua, Italia); J. Hagelberg (Instituto de Física de Partículas y Astrofísica, ETH Zúrich, Suiza); M. Janson (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania y Departamento de Astronomía, Universidad de Estocolmo, Suecia); A.-M. Lagrange (Univ. Grenoble Alpes, Francia); M. Langlois (Univ. de Aix Marsella, CNRS, LAM, Laboratorio de Astrofísica de Marsella, Francia, y CRAL, UMR 5574, CNRS, Universidad de Lyon, Escuela Normal Superior de Lyon, Francia); C. Lazzoni (INAF - Observatorio Astronómico de Padua, Italia); R. Ligi (INAF-Observatorio Astronómico de Brera, Italia); F. Ménard (Univ. Grenoble Alpes, Francia); D. Mesa (INAF - Observatorio Astronómico de Padua, Italia, e INCT, Universidad De Atacama, Copiapó, Atacama, Chile); M. Meyer (Instituto de Física de Partículas y Astrofísica, ETH Zúrich, Suiza y Departamento de Astronomía, Universidad de Michigan, EE.UU.); P. Mollière (Observatorio de Leiden, Universidad de Leiden, Países Bajos); C. Mordasini (Instituto de Física, Universidad de Berna, Suiza); T. Moulin (Univ. Grenoble Alpes, Francia); A. Pavlov (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); N. Pawellek (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania, y Observatorio Konkoly, Centro de Investigación de Astronomía y Ciencias de la Tierra, Academia Húngara de Ciencias, Hungría); S. Quanz (Instituto de Física de Partículas y Astrofísica, ETH Zúrich, Suiza); J. Ramos (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); D. Rouan (LESIA, Observatorio de París, Universidad PSL de Investigación, CNRS, Universidades de la Sorbona, UPMC, Univ. París 06, Univ. París Diderot, Francia); E. Sissa (INAF - Observatorio Astronómico de Padua, Italia); E. Stadler (Univ. Grenoble Alpes, Francia); A. Vigan (Univ. de Aix Marsella, CNRS, LAM, Laboratorio de Astrofísica de Marsella, Francia); Z. Wahhaj (ESO, Chile); L. Weber (Observatorio de Ginebra, Universidad de Ginebra, Suiza); A. Zurlo (Núcleo de Astronomía, Facultad de Ingeniería y Ciencias, Universidad Diego Portales, Chile; Escuela de Ingeniería Industrial, Facultad de Ingeniería y Ciencias, Universidad Diego Portales, Chile).
SPHERE, un instrumento buscador de planetas instalado en el VLT (Very Large Telescope) de ESO, ha captado la primera imagen confirmada de un planeta formándose en el polvoriento disco que rodea a una estrella joven. El joven planeta está haciéndose camino a través del disco primordial de gas y polvo que rodea a la joven estrella PDS 70. Los datos sugieren que la atmósfera del planeta es nubosa.
Un equipo de astrónomos, liderado por un grupo del Instituto Max Planck de Astronomía, en Heidelberg (Alemania), ha captado una espectacular instantánea de formación planetaria alrededor de la joven estrella enana PDS 70. Utilizando el instrumento SPHERE, instalado en el VLT (Very Large Telescope) de ESO uno de los instrumentos de búsqueda de planetas más potente del momento, el equipo internacional ha realizado la primera detección firme de un planeta joven, llamado PDS 70b, hendiendo un camino a través del material que rodea a la joven estrella (y a partir del cual se forman planetas) [1].
El instrumento SPHERE también permitió al equipo medir el brillo del planeta en diferentes longitudes de onda, lo que, a su vez, permite deducir las propiedades de su atmósfera.
El planeta destaca claramente en las nuevas observaciones, visible como un punto brillante a la derecha del centro ennegrecido de la imagen. Se encuentra aproximadamente a 3.000 millones de kilómetros de la estrella central, lo cual equivale a la distancia entre Urano y el Sol. El análisis muestra que PDS 70b es un planeta gaseoso gigante con una masa unas cuantas veces la de Júpiter. La superficie del planeta tiene una temperatura de aproximadamente 1.000° C, mucho más caliente que cualquier planeta de nuestro Sistema Solar.
La región oscura en el centro de la imagen se debe al uso de un coronógrafo, una máscara que bloquea la luz cegadora de la estrella central y permite a los astrónomos detectar a sus compañeros planetarios del disco, mucho más tenues. Sin esta máscara, la débil luz del planeta sería totalmente superada por el intenso brillo de PDS 70.
“Estos discos alrededor de estrellas jóvenes son los lugares en los que nacen los planetas, pero hasta ahora sólo un puñado de observaciones han detectado indicios de planetas bebé en ellos”, explica Miriam Keppler, que lidera el equipo detrás del descubrimiento del planeta PDS 70b, aún en formación. “El problema es que, hasta ahora, la mayoría de estos candidatos a planeta podrían ser solo fenómenos en el disco”.
El descubrimiento del joven compañero de PDS 70 es un emocionante resultado científico que ya ha merecido una investigación más profunda. En los últimos meses, un segundo equipo, que implica a muchos de los astrónomos del equipo del descubrimiento, incluyendo a Keppler, ha seguido estudiando las observaciones iniciales para investigar al nuevo compañero planetario de PDS 70 con más detalle. No solo han obtenido la espectacular imagen del planeta que se muestra aquí, sino que fueron incluso capaces de obtener un espectro del planeta. El análisis de este espectro indicó que su atmósfera está turbia.
El compañero planetario de PDS 70 ha escavado un disco de transición (un disco protoplanetario con un gigantesco "hueco" en el centro). Estas brechas internas se conocen desde hace décadas y se ha especulado con que fueran fruto de la interacción entre el disco y el planeta. Ahora, por primera vez, podemos ver el planeta.
“Los resultados de Keppler ofrecen una nueva perspectiva sobre las primeras etapas de evolución planetaria, que son complejas y que no comprendemos del todo” comenta André Müller, líder del segundo equipo que investiga al joven planeta. “Necesitábamos observar un planeta en el disco de una estrella joven para comprender realmente los procesos de formación planetaria”. Determinando las propiedades atmosféricas y físicas del planeta, los astrónomos son capaces de probar modelos teóricos de formación planetaria.
El instrumento SPHERE instaleado en el VLT de ESO. Crédito: ESO. |
Esta visión del nacimiento de un planeta bañado en polvo ha sido posible gracias a las impresionantes capacidades tecnológicas del instrumento SPHERE de ESO, que estudia exoplanetas y discos alrededor de estrellas cercanas utilizando una técnica conocida como imagen de alto contraste, todo un reto. Incluso bloqueando la luz de una estrella con un coronógrafo, SPHERE debe aplicar estrategias de observación concebidas de un modo inteligente y técnicas de procesamiento de datos para filtrar la señal de los débiles compañeros planetarios alrededor de estrellas jóvenes brillantes [2] en múltiples longitudes de onda y en diferentes épocas.
Thomas Henning, director del Instituto Max Planck de Astronomía y líder de los equipos, resume la aventura científica: “Después de más de una década de enormes esfuerzos para construir esta máquina de alta tecnología, ¡ahora SPHERE nos permite recoger lo sembrado con el descubrimiento de planetas bebé!”.
Notas
[1] Las imágenes del disco y del planeta y el espectro del planeta han sido captados durante el desarrollo de dos programas de sondeo llamados SHINE (SpHere INfrared survey for Exoplanets, sondeo de exoplanetas en el infrarrojo con SPHERE) y DISK (sondeo de SPHERE para discos circunestelares). SHINE pretende obtener imágenes de 600 estrellas jóvenes cercanas en el infrarrojo cercano utilizando el alto contraste y la alta resolución angular de SPHERE para descubrir y caracterizar nuevos exoplanetas y sistemas planetarios. DISK explora sistemas planetarios jóvenes conocidos y sus discos circunestelares para estudiar las condiciones iniciales de la formación planetaria y la evolución de las arquitecturas planetarias.
[2] Con el fin de extraer la débil señal del planeta junto a la brillante estrella, los astrónomos utilizan un sofisticado método que se beneficia de la rotación de la Tierra. En este modo de observación, SPHERE toma continuamente imágenes de la estrella durante un período de varias horas, manteniendo el instrumento tan estable como sea posible. Como consecuencia, el planeta parece girar lentamente, cambiando su ubicación en la imagen con respecto al halo estelar. Mediante elaborados algoritmos numéricos, las imágenes individuales se combinan de tal manera que todas las partes de la imagen que no parecen moverse durante la observación, como la señal de la propia estrella, se filtran. Esto deja sólo aquellos objetos que se mueven aparentemente — haciendo visible el planeta.
Información adicional.
Este trabajo de investigación se ha presentado en dos artículos científicos titulados: “Discovery of a planetary-mass companion within the gap of the transition disk around PDS 70”, enlace artículo, y “Orbital and atmospheric characterization of the planet within the gap of the PDS 70 transition disk”, enlace artículo, ambos publicados en la revista Astronomy & Astrophysics.
El equipo tras el artículo del descubrimiento está formado por M. Keppler (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); M. Benisty (Univ. Grenoble, Francia, y Unidad Mixta Internacional Franco-Chilena de Astronomía, Chile), A. Müller (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); Th. Henning (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); R. van Boekel (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); F. Cantalloube (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); C. Ginski (Observatorio de Leiden, Países Bajos); R.G. van Holstein (Observatorio de Leiden, Países Bajos); A.-L. Maire (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); A. Pohl (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); M. Samland (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); H. Avenhaus (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); J.-L. Baudino (Departamento de Física, Universidad de Oxford, Oxford, Reino Unido); A. Boccaletti (LESIA, Observatorio de París, Francia); J. de Boer (Observatorio de Leiden, Países Bajos); M. Bonnefoy (Univ. Grenoble, Francia); S. Desidera (INAF - Observatorio Astronómico de Padua, Italia); M. Langlois (Univ. de Aix Marsella, CNRS, LAM, Marsella, Francia, y CRAL, UMR 5574, CNRS, Universidad de Lyon, Escuela Normal Superior de Lyon, Francia); C. Lazzoni (INAF - Observatorio Astronómico de Padua, Italia); N. Pawellek (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); T. Stolker (Instituto de Física de Partículas y Astrofísica, ETH Zúrich, Suiza); A. Vigan (Univ. de Aix Marsella, CNRS, LAM, Marsella, Francia); T. Birnstiel (Observatorio de la Universidad, Facultad de Física, Universidad Ludwig-Maximilian de Múnich, Alemania); W. Brandner (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); G. Chauvin (Univ. Grenoble, Francia, y Unidad Mixta Internacional Franco-Chilena de Astronomía, Chile); M. Feldt (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); M. Flock (Laboratorio de Propulsión a Chorro, JPL, Instituto Tecnológico de California, EE.UU., e Instituto Kavli de Física Teórica, Universidad de California, EE.UU.); J. Girard (Univ. Grenoble, Francia, y ESO, Chile); R. Gratton (INAF - Observatorio Astronómico de Padua, Italia); J. Hagelberg (Univ. Grenoble, Francia); A. Isella (Universidad Rice, Departamento de Física y Astronomía, EE.UU.); M. Janson (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania, y Departamento de Astronomía, Universidad de Estocolmo, Suecia); A. Juhasz (Instituto de Astronomía, Cambridge, Reino Unido); J. Kemmer (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); Q. Kral (LESIA, Observatorio de París, Universidad PSL de Investigación, CNRS, Universidades de la Sorbona, UPMC, Univ. París 06, Univ. París Diderot, París, Ciudad de la Sorbona, Francia, e Instituto de Astronomía, Cambridge, Reino Unido); A.-M. Lagrange (Univ. Grenoble, Francia); R. Launhardt (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); G. Marleau (Instituto de Astronomía y Astrofísica, Universidad Eberhard Karls de Tübingen, Alemania, e Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); A. Matter (Universidad de la Costa Azul, OCA, CNRS, Francia); F. Ménard (Univ. Grenoble, Francia); J. Milli (ESO, Chile), P. Mollière (Observatorio de Leiden, Países Bajos); C. Mordasini (Instituto de Física, Universidad de Berna, Suiza); J. Olofsson (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania, Instituto de Física y Astronomía, Facultad de Ciencias, Universidad de Valparaíso, Chile, y Núcleo Milenio Formación Planetaria - NPF, Universidad de Valparaíso, Chile); L. Pérez (Instituto Max Planck de Astronomía, Bonn, Alemania y Universidad de Chile, Departamento de Astronomía, Chile), P. Pinilla (Departamento de Astronomía/Observatorio Steward, Universidad de Arizona, EE.UU.); C. Pinte (Univ. Grenoble, Francia, UMI-FCA, CNRS/INSU, Francia (UMI 3386), y Depto. de Astronomía, Universidad de Chile, Chile, y Centro Monash de Astrofísica (MoCA) y Escuela de Física y Astronomía, Universidad de Monash, Australia); S. Quanz (Instituto de Física de Partículas y Astrofísica, ETH Zúrich, Suiza); T. Schmidt (LESIA, Observatorio de París, Universidad PSL de Investigación, CNRS, Universidades de la Sorbona, UPMC, Univ. París 06, Univ. París Diderot, Francia); S. Udry (Observatorio de Ginebra, Universidad de Ginebra, Suiza); Z. Wahhaj (ESO, Chile); J. Williams (Instituto de Astronomía, Universidad de Hawái en Manoa, Honolulu, EE.UU.); A. Zurlo (Univ. de Aix Marsella, CNRS, LAM, Laboratorio de Astrofísica de Marsella, Francia, Núcleo de Astronomía, Facultad de Ingeniería y Ciencias, Universidad Diego Portales, Chile, Escuela de Ingeniería Industrial, Facultad de Ingeniería y Ciencias, Universidad Diego Portales, Chile); E. Buenzli (Instituto de Física de Partículas y Astrofísica, ETH Zúrich, Suiza); M. Cudel (Univ. Grenoble, Francia); R. Galicher (LESIA, Observatorio de París, Universidad PSL de Investigación, CNRS, Universidades de la Sorbona, UPMC, Univ. París 06, Univ. París Diderot, Francia); M. Kasper (ESO, Alemania); J. Lannier (Univ. Grenoble, Francia); D. Mesa (INAF - Observatorio Astronómico de Padua, Italia, e INCT, Universidad De Atacama, Copiapó, Chile); D. Mouillet (Univ. Grenoble, Francia); S. (Observatorio de Ginebra, Universidad de Ginebra, Suiza, Universidades de la Sorbona, UPMC, Univ. París 06, Univ. París Diderot, Francia); G. Salter (Univ. de Aix Marsella, CNRS, LAM, Laboratorio de Astrofísica de Marsella, Francia); E. Sissa (INAF - Observatorio Astronómico de Padua, Italia); F. Wildi (Observatorio de Ginebra, Universidad de Ginebra, Suiza); L. Abe (Universidad de la Costa Azul, OCA, CNRS, Lagrange, Francia), J. Antichi (INAF - Observatorio Astrofísico de Arcetri, Italia); J.-C. Augereau (Univ. Grenoble, Francia); P. Baudoz (LESIA, Observatorio de París, Universidad PSL de Investigación, CNRS, Universidades de la Sorbona, UPMC, Univ. París 06, Univ. París Diderot, Francia); J.-L. Beuzit (Univ. Grenoble, Francia); P. Blanchard (Univ. de Aix Marsella, CNRS, LAM, Laboratorio de Astrofísica de Marsella, Francia); S. S. Brems (Observatorio de Heidelberg Königstuhl, Centro de Astronomía de la Universidad de Heidelberg, Alemania); M. Carle (Univ. de Aix Marsella, CNRS, LAM, Laboratorio de Astrofísica de Marsella, Francia); A. Cheetham (Observatorio de Ginebra, Universidad de Ginebra, Suiza); A. Costille (Univ. de Aix Marsella, CNRS, LAM, Laboratorio de Astrofísica de Marsella, Francia); A. Delboulbé (Univ. Grenoble, Francia); C. Dominik (Instituto de Astronomía Anton Pannekoek, Países Bajos); P. Feautrier (Univ. Grenoble, Francia); L. Gluck (Univ. Grenoble, Francia); D. Gisler (Instituto de Física de Partículas y Astrofísica, ETH Zúrich, Suiza); Y. Magnard (Univ. Grenoble, Francia); D. Maurel (Univ. Grenoble, Francia); M. Meyer (Instituto de Física de Partículas y Astrofísica, ETH Zúrich, Suiza); T. Moulin (Univ. Grenoble, Francia); T. Buey (LESIA, Observatorio de París, Universidad PSL de Investigación, CNRS, Universidades de la Sorbona, UPMC, Univ. París 06, Univ. París Diderot, Francia); A. Baruffolo (INAF - Observatorio Astronómico de Padua, Italia); A. Bazzon (Instituto de Física de Partículas y Astrofísica, ETH Zúrich, Suiza); V. De Caprio (INAF - Observatorio Astronómico de Capodimonte, Italia); M. Carbillet (Universidad de la Costa Azul, OCA, CNRS, Lagrange, Francia); E. Cascone (INAF - Observatorio Astronómico de Capodimonte, Italia); R. Claudi (INAF - Observatorio Astronómico de Padua, Italia); K. Dohlen (Univ. de Aix Marsella, CNRS, LAM, Laboratorio de Astrofísica de Marsella, Francia); D. Fantinel (INAF - Observatorio Astronómico de Padua, Italia); T. Fusco (ONERA, Oficina Nacional de Estudios e Investigaciones Aeroespaciales, Francia); E. Giro (INAF - Observatorio Astronómico de Padua, Italia); C. Gry (Univ. de Aix Marsella, CNRS, LAM, Laboratorio de Astrofísica de Marsella, Francia); N. Hubin (ESO, Alemania); E. Hugot (Univ. de Aix Marsella, CNRS, LAM, Laboratorio de Astrofísica de Marsella, Francia); M. Jaquet (Univ. de Aix Marsella, CNRS, LAM, Laboratorio de Astrofísica de Marsella, Francia); D. Le Mignant (Univ. de Aix Marsella, CNRS, LAM, Laboratorio de Astrofísica de Marsella, Francia); M. Llored (Univ. de Aix Marsella, CNRS, LAM, Laboratorio de Astrofísica de Marsella, Francia); O. Möller-Nilsson (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); F. Madec (Univ. de Aix Marsella, CNRS, LAM, Laboratorio de Astrofísica de Marsella, Francia); P. Martinez (Universidad de la Costa Azul, OCA, CNRS, Lagrange, Francia); L. Mugnier (ONERA Oficina Nacional de Estudios e Investigaciones Aeroespaciales, Francia); A. Origné (Univ. de Aix Marsella, CNRS, LAM, Laboratorio de Astrofísica de Marsella, Francia); P. Puget (Univ. Grenoble, Francia), D. Perret (LESIA, Observatorio de París, Universidad PSL de Investigación, CNRS, Universidades de la Sorbona, UPMC, Univ. París 06, Univ. París Diderot, Francia); J. Pragt (Grupo NOVA de Instrumentación Óptica Infrarroja, Dwingeloo, Países Bajos); F. Rigal (Instituto de Astronomía Anton Pannekoek, Países Bajos); R. Roelfsema (Grupo NOVA de Instrumentación Óptica Infrarroja, Dwingeloo, Países Bajos); A. Pavlov (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); C. Petit (ONERA, Oficina Nacional de Estudios e Investigaciones Aeroespaciales, Francia); G. Rousset (LESIA, Observatorio de París, Universidad PSL de Investigación, CNRS, Universidades de la Sorbona, UPMC, Univ. París 06, Univ. París Diderot, Francia); J. Ramos (Instituto Max Planck de Astronomía, Heidelberg, Alemania); P. Rabou (Univ. Grenoble, Francia); S. Rochat (Univ. Grenoble, Francia); A. Roux (Univ. Grenoble, Francia); B. Salasnich (INAF - Observatorio Astronómico de Padua, Italia); C. Soenke (ESO, Alemania); E. Stadler (Univ. Grenoble, Francia); J.-F. Sauvage (ONERA, Oficina Nacional de Estudios e Investigaciones Aeroespaciales, Francia); M. Suarez (INAF - Observatorio Astrofísico de Arcetri, Italia); A. Sevin (LESIA, Observatorio de París, Universidad PSL de Investigación, CNRS, Universidades de la Sorbona, UPMC, Univ. París 06, Univ. París Diderot, Francia); M. Turatto (INAF - Observatorio Astronómico de Padua, Italia); L. Weber (Observatorio de Ginebra, Universidad de Ginebra, Suiza).
Plataforma del VLT de ESO. Crédito: ESO |
ESO es la principal organización astronómica intergubernamental de Europa y el observatorio astronómico más productivo del mundo. Cuenta con el respaldo de quince países: Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Italia, Países Bajos, Polonia, Portugal, el Reino Unido, República Checa, Suecia y Suiza, junto con el país anfitrión, Chile. ESO desarrolla un ambicioso programa centrado en el diseño, construcción y operación de poderosas instalaciones de observación terrestres que permiten a los astrónomos hacer importantes descubrimientos científicos. ESO también desarrolla un importante papel al promover y organizar la cooperación en investigación astronómica. ESO opera en Chile tres instalaciones de observación únicas en el mundo: La Silla, Paranal y Chajnantor. En Paranal, ESO opera el Very Large Telescope, el observatorio óptico más avanzado del mundo, y dos telescopios de rastreo. VISTA (siglas en inglés de Telescopio de Rastreo Óptico e Infrarrojo para Astronomía) trabaja en el infrarrojo y es el telescopio de rastreo más grande del mundo, y el VST (VLT Survey Telescope, Telescopio de Rastreo del VLT) es el telescopio más grande diseñado exclusivamente para rastrear el cielo en luz visible. ESO es el socio europeo de un revolucionario telescopio, ALMA, actualmente el mayor proyecto astronómico en funcionamiento del mundo. Además, cerca de Paranal, en Cerro Armazones, ESO está construyendo el ELT (Extremely Large Telescope), el telescopio óptico y de infrarrojo cercano de 39 metros que llegará a ser “el ojo más grande del mundo para mirar el cielo”.
Las traducciones de las notas de prensa de ESO las llevan a cabo miembros de la Red de Divulgación de la Ciencia de ESO (ESON por sus siglas en inglés), que incluye a expertos en divulgación y comunicadores científicos de todos los países miembros de ESO y de otras naciones.
• Publicado en ESO el 2 de julio del 2.018.