El primer cometa interestelar puede ser el más prístino jamás encontrado

Nuevas observaciones llevadas a cabo con el Very Large Telescope, del Observatorio Europeo Austral (VLT de ESO), indican que el cometa errante 2I/Borisov, el segundo visitante interestelar detectado recientemente en nuestro Sistema Solar, es uno de los más prístinos jamás observados. Los astrónomos sospechan que lo más probable es que el cometa nunca haya pasado cerca de una estrella, por lo que sería una reliquia inalterada de la nube de gas y polvo en la que se formó.

Esta imagen fue obtenida con el instrumento FORS2, instalado en el Very Large Telescope de ESO, a finales de 2019, cuando el cometa 2I/Borisov pasó cerca del Sol. Mientras el telescopio seguía la trayectoria del comenta, y dado que viajaba a una velocidad vertiginosa (unos 175000 kilómetros por hora), las estrellas de fondo aparecen como rayas de luz. Los colores de estas rayas dan a la imagen un estilo “disco” y son el resultado de combinar observaciones en diferentes bandas de longitud de onda, resaltadas por los diversos colores de esta imagen compuesta. Crédito: ESO/O. Hainaut

2I/Borisov fue descubierto por el astrónomo aficionado Gennady Borisov en agosto de 2019 y, unas semanas más tarde, se confirmó que provenía de más allá del Sistema Solar. “2I/Borisov podría representar el primer cometa verdaderamente prístino jamás observado”, afirma Stefano Bagnulo, del Observatorio y Planetario de Armagh, en Irlanda del Norte (Reino Unido), quien dirigió el nuevo estudio publicado hoy en Nature Communications. El equipo cree que el cometa nunca había pasado cerca de ninguna estrella antes de acercarse al Sol en 2019.

Bagnulo y sus colegas utilizaron el instrumento FORS2, instalado en el VLT de ESO, ubicado en el norte de Chile, para estudiar a 2I/Borisov en detalle utilizando una técnica llamada polarimetría [1]. Dado que esta técnica se utiliza regularmente para estudiar cometas y otros pequeños cuerpos de nuestro Sistema Solar, esto permitió al equipo comparar al visitante interestelar con nuestros cometas locales.

Esta foto muestra los instrumentos gemelos, FORS2 en KUEYEN (en primer plano) y FORS1 en ANTU, vistos al fondo a través de las puertas de ventilación abiertas en los dos gabinetes del telescopio. Aunque se parecen, los dos instrumentos tienen funciones específicas. Crédito: ESO.

El equipo descubrió que 2I/Borisov tiene propiedades polarimétricas distintas a las de los cometas del Sistema Solar, con la excepción de Hale-Bopp. El cometa Hale-Bopp suscitó mucho interés por parte del público a finales de la década de 1990 al ser fácilmente visible a simple vista, y también porque era uno de los cometas más prístinos que los astrónomos habían visto. Antes de su última visita, se cree que Hale-Bopp pasó por nuestro Sol sólo una vez y, por lo tanto, apenas se había visto afectado por el viento solar y la radiación. Esto significa que era prístino, es decir, con una composición muy similar a la de la nube de gas y polvo en la que se formaron tanto él como el resto del Sistema Solar hace unos 4.500 millones de años.

Al analizar la polarización junto con el color del cometa para recabar pistas sobre su composición, el equipo concluyó que 2I/Borisov es de hecho aún más prístino que Hale-Bopp. Esto significa que contiene rastros inalterados de la nube de gas y polvo en la que se formó.

“El hecho de que los dos cometas sean tan similares sugiere que el entorno en el que se originó 2I/Borisov no es tan diferente en su composición del entorno del Sistema Solar temprano”, afirma Alberto Cellino, coautor del estudio e investigador del Observatorio Astrofísico de Torino, Instituto Nacional de Astrofísica (INAF) de Italia.

Esta imagen muestra una representación artística de cómo podría ser la superficie del cometa 2I/Borisov. 2I/Borisov fue un visitante de otro sistema planetario que pasó cerca de nuestro Sol en 2019, permitiendo a los astrónomos una vista única de un cometa interestelar. Aunque tanto telescopios basados en tierra como en el espacio captaron imágenes de este cometa, no tenemos ninguna observación en primer plano de 2I/Borisov, por lo que, basándose en la información científica que tenemos al respecto, corresponde a los artistas crear su propia visión de cómo podría ser la superficie del cometa. Crédito: ESO/M. Kormesser

Olivier Hainaut, astrónomo de ESO en Alemania que estudia cometas y otros objetos cercanos a la Tierra –pero que no participó en este nuevo estudio–, está de acuerdo. “El resultado principal —que 2I/Borisov no es como cualquier otro cometa, exceptuando a Hale-Bopp— es muy robusto”, confirma, y agrega que “es muy plausible que se formaran en condiciones muy similares”.

"La llegada de 2I/Borisov desde el espacio interestelar representó la primera oportunidad de estudiar la composición de un cometa proveniente de otro sistema planetario y comprobar si el material de este cometa es, de alguna manera, diferente al de los cometas de nuestro propio sistema”, explica Ludmilla Kolokolova, de la Universidad de Maryland (EE.UU.), que participó en la investigación que se publica en Nature Communications.

Bagnulo espera que la comunidad astronómica tenga otra oportunidad, aún mejor si cabe, de estudiar en detalle un cometa errante antes del final de la década. “La ESA planea lanzar un Interceptor de Cometas en 2029, que tendrá la capacidad de llegar hasta otro objeto interestelar visitante si se descubre uno en una trayectoria adecuada”, afirma, refiriéndose a una próxima misión de la Agencia Espacial Europea.

La historia de un origen escondida en el polvo

Incluso sin una misión espacial, los astrónomos pueden utilizar los numerosos telescopios basados en tierra para obtener información sobre las diferentes propiedades de cometas errantes como 2I/Borisov. “Imagínese lo afortunados que fuimos de que, de forma casual, un cometa de un sistema a años luz de distancia simplemente pasara por nuestro barrio”, dice Bin Yang, astrónoma de ESO en Chile, quien también aprovechó el paso de 2I/Borisov a través de nuestro Sistema Solar para estudiar este misterioso cometa. Los resultados de su equipo se publican en la revista Nature Astronomy.

Esta imagen muestra una representación artística de un primer plano de cómo podría ser la superficie del cometa. 2I/Borisov fue un visitante de otro sistema planetario que pasó cerca de nuestro Sol en 2019, permitiendo a los astrónomos una vista única de un cometa interestelar. Aunque tanto telescopios basados en tierra como en el espacio captaron imágenes de este cometa, no tenemos ninguna observación en primer plano de 2I/Borisov, por lo que, basándose en la información científica que tenemos al respecto, corresponde a los artistas crear su propia visión de cómo podría ser la superficie del cometa. Crédito: ESO/M. Kormesser

Yang y su equipo utilizaron datos de ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), del que ESO es socio, así como del VLT de ESO, para estudiar los granos de polvo de 2I/Borisov para recoger pistas sobre el nacimiento del cometa y las condiciones de su sistema originario.

Descubrieron que la coma de 2I/Borisov —una envoltura de polvo que rodea el cuerpo principal del cometa— contiene piedrecillas compactas, granos de aproximadamente un milímetro de tamaño o más grandes. Además, descubrieron que las cantidades relativas de monóxido de carbono y agua en el cometa cambiaron drásticamente a medida que se acercaba al Sol. El equipo, que también incluye a Olivier Hainaut, afirma que esto indica que el cometa está compuesto por materiales que se formaron en diferentes lugares de su sistema planetario.

Las observaciones de Yang y su equipo sugieren que la materia del sistema planetario en el que se formó 2I/Borisov se mezcló desde la zona cercana a su estrella hasta un área más alejada, tal vez debido a la existencia de planetas gigantes, cuya fuerte gravedad agita la materia presente en el sistema. Los astrónomos creen que un proceso similar pudo tener lugar al principio de la vida de nuestro Sistema Solar.

Aunque 2I/Borisov fue el primer cometa errante en pasar por el Sol, no fue el primer visitante interestelar. El primer objeto interestelar que se observó pasando por nuestro Sistema Solar fue ʻOumuamua, otro objeto estudiado con el VLT de ESO en 2017. Originalmente clasificado como un cometa, ʻOumuamua fue reclasificado más tarde como un asteroide, ya que carecía de coma.

Notas

[1] La polarimetría es una técnica para medir la polarización de la luz. La luz se polariza, por ejemplo, cuando pasa por ciertos filtros, como las lentes de gafas de sol polarizadas o el material cometario. Al estudiar las propiedades de la luz solar polarizada por el polvo de un cometa, los investigadores pueden obtener información sobre la física y química de los cometas.

Información adicional

La investigación destacada en la primera parte de esta nota de prensa se ha presentado en el artículo científico “Unusual polarimetric properties for interstellar comet 2I/Borisov” que aparece en la revista Nature Communications (doi: 10.1038/s41467-021-22000-x). La segunda parte de esta nota de prensa destaca el estudio “Compact pebbles and the evolution of volatiles in the interstellar comet 2I/Borisov”, que aparece en la revista Nature Astronomy (doi: 10.1038/s41550-021-01336-w).

El equipo que llevó a cabo el primer estudio está formado por S. Bagnulo (Observatorio y Planetario Armagh, Reino Unido [Armagh]); A. Cellino (INAF – Observatorio Astrofísico de Torino, Italia); L. Kolokolova (Departamento de Astronomía, Universidad de Maryland, EE.UU.); R. Nežič (Armagh; Laboratorio de Ciencias Espaciales Mullard, University College de Londres, Reino Unido; Centro de Ciencias Planetarias, University College de Londres/Birkbeck, Reino Unido); T. Santana-Ros (Departamento de Física, Ingeniería de Sistemas y Teoría de la Señal, Universidad de Alicante, España; Instituto de Ciencias del Cosmos, Universidad de Barcelona, España); G. Borisov (Armagh; Instituto de Astronomía y Observatorio Astronómico Nacional, Academia Búlgara de Ciencias, Bulgaria); A. A. Christou (Armagh); Ph. Bendjoya (Universidad Costa Azul, Observatorio de la Costa Azul, CNRS, Laboratorio Lagrange, Niza, Francia); y M. Devogele (Observatorio de Arecibo, Universidad Central de Florida, EE.UU.).

El equipo que llevó a cabo el segundo estudio está formado por Bin Yang (Observatorio Europeo Austral, Santiago, Chile [ESO Chile]); Aigen Li (Departamento de Física y Astronomía, Universidad de Missouri, Columbia, EE.UU.); Martin A. Cordiner (Laboratorio de Astroquímica, Centro de Vuelos Espaciales NASA Goddard, EE.UU.; Departamento de Física, Universidad Católica de América, Washington, DC, EE.UU.); Chin-Shin Chang (Observatorio conjunto ALMA, Santiago, Chile [JAO]); Olivier R. Hainaut (Observatorio Europeo Austral, Garching, Alemania); Jonathan P. Williams (Instituto de Astronomía, Universidad de Hawái, Honolulu, EE.UU. [IfA Hawai‘i]); Karen J. Meech (IfA Hawai‘i); Jacqueline V. Keane (IfA Hawai‘i); y Eric Villard (JAO y ESO Chile).

Un pájaro que vuela sobre el remoto y escasamente poblado desierto de Atacama en el norte de Chile, posiblemente el desierto más seco del mundo, podría sorprenderse al encontrarse con el oasis tecnológico del Very Large Telescope (VLT) de ESO en Paranal. La instalación terrestre más avanzada del mundo para la astronomía, el sitio alberga cuatro telescopios unitarios de 8,2 metros, cuatro telescopios auxiliares de 1,8 metros, el telescopio de exploración VLT (VST) y el telescopio de exploración visible e infrarrojo de 4,1 metros para astronomía (VISTA ), visto a lo lejos en el próximo pico de la montaña desde la plataforma principal. Esta vista aérea también muestra otras estructuras, incluido el edificio de la Sala de Control del Observatorio, en el borde frontal de la plataforma principal.

ESO es la principal organización astronómica intergubernamental de Europa y el observatorio astronómico más productivo del mundo. Cuenta con dieciséis países miembros: Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa, Suecia y Suiza, junto con Chile, país anfitrión, y Australia como aliado estratégico. ESO desarrolla un ambicioso programa centrado en el diseño, construcción y operación de potentes instalaciones de observación terrestres que permiten a los astrónomos hacer importantes descubrimientos científicos. ESO también desarrolla un importante papel promoviendo y organizando la cooperación en investigación astronómica. ESO opera en Chile tres instalaciones de observación únicas en el mundo: La Silla, Paranal y Chajnantor. En Paranal, ESO opera el Very Large Telescope junto con su interferómetro VLTI (Very Large Telescope Interferometer), el más avanzado del mundo, así como dos telescopios de rastreo: VISTA (siglas en inglés de Telescopio de Rastreo Óptico e Infrarrojo para Astronomía), que trabaja en el infrarrojo, y el VST (VLT Survey Telescope, Telescopio de Rastreo del VLT), que rastrea en luz visible. También en Paranal, ESO albergará y operará el CTA Sur (Cherenkov Telescope Array South), el observatorio de rayos gamma más grande y sensible del mundo. ESO también es socio principal de dos instalaciones en Chajnantor, APEX y ALMA, actualmente el mayor proyecto astronómico en funcionamiento del mundo. Finalmente, en Cerro Armazones, cerca de Paranal, ESO está construyendo el ELT (Extremely Large Telescope), de 39 metros, que llegará a ser “el ojo más grande del mundo para mirar el cielo”.

Diecinueve antenas en el llano de Chajnantor. Esta imagen de las antenas de ALMA sobre el llano de Chajnantor, a 5000 metros de altura en los Andes chilenos, fue tomada pocos días antes del comienzo de la Ciencia Inicial con ALMA. En el llano se pueden ver diecinueve antenas. Crédito: ALMA (ESO/NAOJ/NRAO)/W. Garnier (ALMA)

El conjunto ALMA, (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array) es una instalación astronómica internacional fruto de la colaboración entre ESO, la Fundación Nacional para la Ciencia de EE.UU. (NSF, National Science Foundation) y los Institutos Nacionales de Ciencias Naturales de Japón (NINS, National Institutes of Natural Sciences) en cooperación con la República de Chile. ALMA está financiado por ESO en nombre de sus países miembros; por la NSF en cooperación con el Consejo Nacional de Investigación de Canadá (NRC, National Research Council) y el Ministerio de Ciencia y Tecnología (MOST, Ministry of Science and Technology), y por el NINS en cooperación con la Academia Sínica (AS) de Taiwán y el Instituto de Astronomía y Ciencias Espaciales de Corea (KASI, Korea Astronomy and Space Science Institute). La construcción y operaciones de ALMA están lideradas por ESO en nombre de sus países miembros; por el Observatorio Nacional de Radioastronomía (NRAO, National Radio Astronomy Observatory), gestionado por Associated Universities, Inc. (AUI), en representación de América del Norte; y por el Observatorio Astronómico Nacional de Japón (NAOJ, National Astronomical Observatory of Japan) en representación de Asia Oriental. El Observatorio Conjunto ALMA (JAO, Joint ALMA Observatory) proporciona al proyecto la unificación tanto del liderazgo como de la gestión de la construcción, puesta a punto y operaciones de ALMA.

Las traducciones de las notas de prensa de ESO las llevan a cabo miembros de la Red de Divulgación de la Ciencia de ESO (ESON por sus siglas en inglés), que incluye a expertos en divulgación y comunicadores científicos de todos los países miembros de ESO y de otras naciones.

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• Publicado en ESO el 30 de marzo del 2021, enlace publicación.

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