3C58, una supernova tipo II.

3C58.
3C58 es el remanente de una supernova observada en el año 1.181 dC por los astrónomos chinos y japoneses. Esta nueva imagen de Chandra muestra el centro de 3C58, que contiene una estrella de neutrones que gira rápidamente rodeada por un anillo grueso o toro de emisión de rayos X. El pulsar también ha producido chorros de rayos X que se disparan lejos de él tanto a la izquierda como a la derecha y se extienden billones de millas. Estos chorros son responsables de crear la elaborada red de bucles y remolinos revelados en los datos de rayos X. Estas características, similares a las encontradas en el Cangrejo son evidencia que 3C58 y otros similares son capaces de generar tanto enjambres de partículas de alta energía como potentes campos magnéticos. En esta imagen, los rayos X de baja, media y alta energía detectados por Chandra son rojo, verde y azul, respectivamente.

Crédito: 
NASA/CXC/SAO.

El púlsar de 3C58.
Pulsar de 3C58.
3C58 es el remanente de una supernova observada en el año 1181 por astrónomos chinos y japoneses. Una larga mirada de Chandra muestra que el púlsar central, una estrella de neutrones de rotación rápida formada en el evento de la supernova, está rodeado por un toro brillante de emisión de rayos X. Un chorro de rayos X irrumpe en ambas direcciones desde el centro del toro y se extiende a una distancia de unos pocos años luz. Más adelante, se puede ver una intrincada red de bucles de rayos X.

Estas características se deben a la radiación de partículas de energía extremadamente alta que se mueven en un campo magnético y muestran una fuerte semejanza con los anillos, chorros y bucles alrededor del púlsar de Cangrejo. El púlsar 3C58, el púlsar del Cangrejo y una creciente lista de otros púlsares proporcionan pruebas que los campos electromagnéticos fuertes alrededor de estrellas de neutrones que giran rápidamente son poderosos generadores de partículas de alta energía y campos magnéticos.

Chandra.
El púlsar en 3C58 no puede verse directamente en esta imagen pero su presencia se ha deducido de un descubrimiento anterior de Chandra, y la confirmación en longitudes de onda de radio, de pulsaciones rápidas (66 milisegundos). Las presentes observaciones proporcionan una fuerte evidencia de que la superficie del púlsar 3C58 se ha enfriado a una temperatura de poco menos de un millón de grados centígrados.

La temperatura de la superficie relativamente "fría" fue una sorpresa para los astrofísicos ya que la teoría estándar para el enfriamiento púlsar predice una superficie mucho más caliente a una edad de sólo 830 años. El enfriamiento de un pulsar se debe a las colisiones entre neutrones y otras partículas subatómicas en su interior ultra denso donde una cucharadita de materia puede pesar más de mil millones de toneladas. Estas colisiones producen neutrinos que llevan energía a medida que escapan de la estrella.

La velocidad del enfriamiento en 3C58 indica que la interacción entre neutrones y protones no se entiende bien en las condiciones extremas de los púlsares, o que está presente una forma exótica de materia subatómica.

Crédito: 
NASA/CXC/SAO/P.Slane et al.

Publicado en Chandra el 4 de septiembre del 2.000.

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